Guipuzcoano, eibarrés para más señas, director de fotografía reconocido internacionalmente, 5 premios Goya (“cabezones” en argot, a los que, según he leído en algún sitio, utiliza como exclusivos y originales sujetalibros en su estantería).

Aguirresarobe(Foto J.R. Varela)

Su nombre aparece en los créditos de películas como “Beltenebros” (1991); ”Días contados (1994); “Secretos del corazón” (1997); “La niña de tus ojos” (1998); “Los otros” (2001); “Hable con ella” (2002); “Mar Adentro” (2004). Y de fuera de nuestras fronteras “Arráncame la vida”, “La carretera” (The road) y “Vicki Cristina Barcelona”. En total ha intervenido en unos ochenta títulos.

Se codea y ha trabajado con los medios y personalidades más importantes del mundo del cine a nivel mundial y este pasado viernes, gracias a la conexión “cuñatica” de nuestro compañero Javier Lascurain, nos brindó una de esas raras ocasiones en las que podemos rozarnos con la excelencia.

Sí, todo un lujazo: Javier Aguirresarobe, nos visitó para ofrecernos una interesantísima charla sobre su trayectoria, su trabajo y su experiencia.

Nos habló de sus comienzos, en Eibar, ayudando a su hermano mayor en un pequeño negocio fotográfico familiar, lo que le permitió ya desde muy joven descubrir los secretos y posibilidades de la alquimia, los papeles y las cámaras de gran formato.

Tras esos primeros pasos, estudió periodismo en Madrid, pero ya sus inquietudes iban por otro camino e ingresó en la Escuela de Cine, donde compartió amistad y conocimientos con gente como Fernando Colomo, Imanol Uribe, y otros…

Nos comentó, cómo la formación que allí se impartía era clásica, demasiado académica y encorsetada, sobre todo en lo tocante a lo que a él le interesaba, el tratamiento de la luz, reducido por diversos motivos a la utilización de los focos.

Amante de la luz natural, afirmó que la película que le marcó y empujó hacia este mundo fue “La caza” de Carlos Saura.

En cuanto a su trabajo como director de fotografía nos habló de cómo busca conseguir una tratamiento natural y creíble de la iluminación en el mundo del cine, el cual se diferencia del de la fotografía, en que los elementos y personajes se mueven a lo largo del plano y la escena y, consecuentemente, la luz les debe acompañar e iluminar convenientemente durante todo ese movimiento, con lo cual la cosa se complica. Eso implica cambios de diafragma y de enfoque críticos y rápidos, en plena acción.

Irónicamente comentó que cuando todo está bien, nadie dice nada, pero que cuando algo falla, la cosa cambia y surgen los comentarios y opiniones, con lo cual asumir la responsabilidad se vuelve tremendamente complicado.

Otro tema es la conexión que debe de encontrar con el director de la película y con la idea de iluminación que se busca y se necesita.

El director de fotografía debe conseguir, lo que sólo está en la cabeza del guionista, ver con los ojos del director de la película. Debe hacer realidad, algo que en ocasiones es muy, muy costoso, o que nunca se ha intentado y hay que ingeniárselas …

La fotografía y la luz en una película deben sugerir, transmitir, atmósferas, situaciones, estados de ánimo y ayudar en todo momento al conjunto de la obra, en sintonía con la interpretación, los diálogos, la música, y todos los demás elementos que entran en juego.

En fin, nos abrió una puerta para transportarnos a ese fantástico mundo del cine tan lejano y familiar a la vez, pero nos lo hizo de una manera fluida, fácil, simple, con una cercanía y naturalidad que sorprendió a los asistentes, que fueron muchos (la sala llena, con sillas plegables en el pasillo y unos cuantos más que tuvimos que subir al “gallinero”). Todos con la boca abierta y absolutamente encantados.

Después de la charla, se abrió un tiempo para preguntas y cuestiones planteadas por los asistentes.

Y, ya como fin de fiesta, se proyectaron una serie de exquisitos y selectos fragmentos de sus películas por medio de los cuales pudimos tomar constancia y disfrutar del ojo y buen hacer, yo diría del ARTE, de Javier.

En breve vuelve a los Estados Unidos, donde reside la mayor parte del año. En el 2.016, ese año familiar y cada vez más cercano, se estrenarán dos nuevas películas suyas. Prometemos ir a verlas.

Nuestro cariño y nuestros mejores deseos para todos sus proyectos.

Muchas gracias y hasta otra ocasión, ¡¡¡Maestro!!!

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