El día amaneció desapacible y la lluvia auguraba la ausencia de gente a la quedada pero allí nos dimos cita unos cuantos. El factor lluvia fue un hándicap que jugó a nuestro favor. La idea era haber ido a las minas de Arditurri y recorrer el entorno pero, por unanimidad, decidimos cambiar el recorrido e irnos a ver las maravillosas nieblas que había en los hayedos de Oieleku. No éramos muchos y pudimos recorrer la zona sin molestarnos para fotear. Al llegar, el esplendor de los hayedos no dejó a nadie indiferente.

El lugar inspiraba a ser fotografiado: los árboles, las setas desperdigadas por el suelo; un paraguas amarillo sirvió de modelo dentro del crómlech (monumentos funerarios de la edad de hierro).
MªLo Zubizarreta nos contó que este bello bosque fue obra de los habitantes de Oiartzun; eso a más de uno nos sorprendió gratamente.
Paseando entre ellos encontramos retorcidos ramajes y troncos de diversas formas que nos recordaban al cuerpo humano. Particularmente, en uno de ellos pudimos ver la forma de un corazón con sus venas y arterias incluidas; en otro lugar del parque, una preciosa oruga, que MªLo nos mostró, hizo que nos echáramos a tierra para fotografiarla, titulando el hecho: “Acoso a una oruga”. La fotografiamos y la dejamos tranquila para que siguiera su camino.
Así termino la salida mañanera, llena de encanto y armonía.

De nuevo, muchas gracias por asistir.
Josu y Arantxa