En otras ocasiones cuando nos reunimos para fotografiar los viñedos, buscamos visitar una bodega. Siempre es enriquecedor aprender sobre vino. Saber que la evidencia más antigua que tenemos sobre el cultivo de la uva, se remonta al año 6000 a.C., en el antiguo Oriente Medio, donde se muestra su importancia. 

Nuestro objetivo en esta ocasión era meramente fotográfico: plasmar los matices rojizos y dorados de este increíble otoño en los viñedos de la Rioja Alavesa, en especial alguna que tuviera Denominación de Origen. 

Samaniego fue nuestra primera parada. Nos tomamos un cafecito y estiramos las piernas para seguir nuestra ruta vinícola. Fortalecidos y repuestos seguimos camino hacia San Vicente de la Sonsierra. Al llegar a la plaza mayor nos sorprendió una curiosa fuente repleta de cisnes en su circunferencia. La dejamos atrás, y nos adentramos por calles empinadas, hasta llegar al MIRADOR DEL EBRO 

Este mirador es un punto privilegiado para la observación del paisaje riojano. Desde aquí contemplamos una bella panorámica del puente medieval, que seguro tiene muchas batallas que contar. 

El tiempo apremiaba porque nos esperaban otros lugares cercanos que fotografiar, como la Bodega Ysios de los Domecq, con su impresionante edificio obra del arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Recorrimos parte de sus extensos viñedos repartidos entre Elvillar y Laguardia. 

Elvillar se encuentra en el centro de la Rioja Alavesa, una zona preciosa que recomiendo visitar, a quien no la conozca. Es, en este lugar lleno de viñedos, donde está ubicado, el dolmen al que denominan la “CHABOLA DE LA HECHICERA”. 

Lo hora de comer nos dio llegando a Laguardia. Encontramos una plaza con un banco de piedra donde dimos rienda suelta a las viandas que llevábamos. Al terminar recorrimos el pueblo, mezclándonos entre la gente que estaba disfrutando del día de “ACCION DE GRACIAS” por la cosecha. El pueblo rebosaba de alegría y unos mariachis ponían música a la fiesta consiguiendo que nuestros pies se movieran a su ritmo. 

La ruta del vino finalizó, intentando ver de cerca la bodega del Marques del Riscal, obra del mismo autor que el Guggenheim, Frank Gehry, pero nos tuvimos que conformar con observarla desde lejos. Así que decidimos dejarlo, tomar el camino de vuelta a casa, sabiendo que la noche haría su presencia en el recorrido. 

Muchas gracias por acudir. Os esperamos en la próxima 

Arantxa Cortajarena y Josu Fernández